Mbappé luchó hasta lo último para conseguir su segundo Mundial con menos de 24 años, una gesta que solo figura en el currículum e "O Rei".
El parisiense se aferró hasta el último suspiro en conseguirlo, logró el segundo triplete en la historia de los Mundiales y acabó como máximo goleador del torneo con 8 dianas, el número más elevado desde que Ronaldo lograra esa cifra hace 20 años.
Pero en el rostro del jugador del PSG se reflejaba la decepción que engloba haber quedado apeado de la gloria, que esta vez le arrebató el argentino Lionel Messi, que tenía su propia cuanta que saldar con Diego Maradona.
En el duelo de leyendas tocó perder a Mbappé, pese a que buscó llevárselo con la fe que durante 80 minutos le faltó a su equipo y que él enderezó en uno, el 80, con un penalti y una volea acrobática que llevaba al duelo a al prórroga.
De nuevo a tierra con otro mazazo de Messi en la prórroga, volvió a liderar a su equipo para empatar, de nuevo de penalti, y forzar los penaltis.
Mbappé hizo lo que Francia no pudo, pero no pudo hacer todo. Hasta "O Rei" tuvo algún borrón en su espléndida carrera. Ni el abrazo del presidente francés, Emmanuel Macron, que muchos aseguran que presionó para que se quedara en el PSG, fue suficiente para consolarle.
Logró el segundo triplete en una final de un Mundial, tras el conseguido en 1966 por el inglés Geoffrey Hurst contra Alemania.